... Ambientólogos y Ambientólogas.
Es tiempo de ser responsables. Hemos vivido tiempos de desarrollo, eso sí, insostenibles, a la vista del escenario económico actual. También se ha desarrollado mucho la legislación y la preocupación ambiental pero también se han dado episodios graves de contaminación ambiental. Queda pues, mucho por hacer, porque el medio ambiente nos afecta, y cuidarnos es también cuidar nuestro entorno. Esto ya se sabe en la ambientologosfera, no porque se crea ciegamente en la defensa reaccionaria de la naturaleza, sino porque su formación y la información que los ambientólogos y ambientológas han gestionado durante toda su carrera y años de ejercicio les permite disponer de valores y argumentos con una base científica sólida, que en otro caso vienen a ser amortiguados por el ya famoso principio de precaución. Dicen que ser ambientólogo es vocacional, en mi caso no fue así, pero mi formación y el paso del tiempo me han nutrido de 3 aspectos fundamentales que sólo es posible en este trayecto:
- Por un lado, aprender a pensar. Reflexionar. Debatir. Argumentar. Ser ambientóloga muchas veces es confundido con ser ecologista y el desarrollo de actitudes responsables es confundido con valores de intención impositiva. Estas situaciones repetidas a lo largo de muchos años me ha empujado a tener conceptos claros, a escuchar y a posicionarme, respetar otros valores y disponer de capacidad ética necesaria y suficiente para evaluar diversas situaciones. Quizá no sea vocacional en muchos casos, pero hay que tener cierta sensibilidad, hay que aprender a ser transparentes y en muchos casos, incluso humildes.
- Por otro lado, todo profesional del medio ambiente entiende que en la gran mayoría de las ocasiones un problema ambiental es un problema de decisión social (y económica) caracterizada por valores e intereses contrapuestos y los diferentes grupos, entidades y comunidades que los representan. Trabajar sobre el medio ambiente no es fácil y es obligatorio para tomar decisiones incluir la diversidad de perspectivas de los actores implicados y de la ciudadanía.
- Por último, el enfoque multidisciplinar no es un tópico, es una herramienta. Las técnicas de evaluación multicriterio mejoran el análisis y la gestión de problemas ambientales multidimensionales, profundizan en el conocimiento de la naturaleza, ayudan a ponderar el conjunto de perspectivas sin sacrificar ninguna individualmente y fomentan, a diagnóstico, las estrategias que se han de diseñar.
...de Agroecólogos y Agroecológas.
Pero también es tiempo de los agroecológos y agroecológas. Quizá, una de las mejores situaciones en la que puede concurrir un ambientólogo es formarse en agroecología. Se puede pensar que esta es una distorsión de la formación de ambientales, pero nada más lejos de la realidad: la agroecología no se centra en un solo ámbito, sino que desde un ámbito que considera básico, el agrario, pues está relacionado con multitud de esferas y áreas técnicos, políticas, sociales y productivas, termina de dar sentido al concepto de enfoque sistémico. Las ciencias ambientales abordan multitud de dimensiones y sistemas productivos, la agroecología aborda la sostenibilidad de sistemas concretos, generalmente, agrosistemas o agroecosistemas cuyos resultados son extrapolables a distintas escalas. La agroecología sabe que la participación pública es indispensable y define una gran cantidad de herramientas, pero también sabe que ello no es suficiente, la participación social no implica falta de responsabilidad sino mejorar el sentido crítico en el análisis.
Ambientólogos y agroecólogos utilizan la ecología no sólo para abordar el metabolismo social de la naturaleza y la crisis ambientales derivadas, asumiendo la vulnerabilidad de los sistemas naturales ante la acción humana, sino también para luchar por la igualdad, ya que ambos colectivos trabajan en aspectos integrados de género, desarrollo rural, igualdad de colectivos en riesgo de exclusión….
En definitiva, tanto las Ciencias Ambientales como la Agroecología utilizan para la formación de sus profesionales un conjunto de disciplinas y ciencias para gestionar aspectos de la realidad desde una perspectiva ecológica, analizando todo tipo de procesos donde los ciclos minerales, las transformaciones de la energía, los procesos biológicos y las relaciones socioeconómicas son investigadas, analizadas y gestionadas como un todo, comprendiendo y asumiendo la complejidad de las interacciones existentes entre entorno y sociedad, procesos productivos, económicos y sociales, de manera que ello permita la planificación y diseño de sistemas o agroecosistemas más sostenibles y siempre entendiendo que éste es un trabajo continuo pues la sostenibilidad es un equilibrio dinámico.
Por tanto, es tiempo de ambientólogos y ambientólogas y…
...es tiempo de agroecólogos y agroecólogas….
Es tiempo de ser responsables. Hemos vivido tiempos de desarrollo, eso sí, insostenibles, a la vista del escenario económico actual. También se ha desarrollado mucho la legislación y la preocupación ambiental pero también se han dado episodios graves de contaminación ambiental. Queda pues, mucho por hacer, porque el medio ambiente nos afecta, y cuidarnos es también cuidar nuestro entorno. Esto ya se sabe en la ambientologosfera, no porque se crea ciegamente en la defensa reaccionaria de la naturaleza, sino porque su formación y la información que los ambientólogos y ambientológas han gestionado durante toda su carrera y años de ejercicio les permite disponer de valores y argumentos con una base científica sólida, que en otro caso vienen a ser amortiguados por el ya famoso principio de precaución. Dicen que ser ambientólogo es vocacional, en mi caso no fue así, pero mi formación y el paso del tiempo me han nutrido de 3 aspectos fundamentales que sólo es posible en este trayecto:
- Por un lado, aprender a pensar. Reflexionar. Debatir. Argumentar. Ser ambientóloga muchas veces es confundido con ser ecologista y el desarrollo de actitudes responsables es confundido con valores de intención impositiva. Estas situaciones repetidas a lo largo de muchos años me ha empujado a tener conceptos claros, a escuchar y a posicionarme, respetar otros valores y disponer de capacidad ética necesaria y suficiente para evaluar diversas situaciones. Quizá no sea vocacional en muchos casos, pero hay que tener cierta sensibilidad, hay que aprender a ser transparentes y en muchos casos, incluso humildes.
- Por otro lado, todo profesional del medio ambiente entiende que en la gran mayoría de las ocasiones un problema ambiental es un problema de decisión social (y económica) caracterizada por valores e intereses contrapuestos y los diferentes grupos, entidades y comunidades que los representan. Trabajar sobre el medio ambiente no es fácil y es obligatorio para tomar decisiones incluir la diversidad de perspectivas de los actores implicados y de la ciudadanía.
- Por último, el enfoque multidisciplinar no es un tópico, es una herramienta. Las técnicas de evaluación multicriterio mejoran el análisis y la gestión de problemas ambientales multidimensionales, profundizan en el conocimiento de la naturaleza, ayudan a ponderar el conjunto de perspectivas sin sacrificar ninguna individualmente y fomentan, a diagnóstico, las estrategias que se han de diseñar.
...de Agroecólogos y Agroecológas.
Pero también es tiempo de los agroecológos y agroecológas. Quizá, una de las mejores situaciones en la que puede concurrir un ambientólogo es formarse en agroecología. Se puede pensar que esta es una distorsión de la formación de ambientales, pero nada más lejos de la realidad: la agroecología no se centra en un solo ámbito, sino que desde un ámbito que considera básico, el agrario, pues está relacionado con multitud de esferas y áreas técnicos, políticas, sociales y productivas, termina de dar sentido al concepto de enfoque sistémico. Las ciencias ambientales abordan multitud de dimensiones y sistemas productivos, la agroecología aborda la sostenibilidad de sistemas concretos, generalmente, agrosistemas o agroecosistemas cuyos resultados son extrapolables a distintas escalas. La agroecología sabe que la participación pública es indispensable y define una gran cantidad de herramientas, pero también sabe que ello no es suficiente, la participación social no implica falta de responsabilidad sino mejorar el sentido crítico en el análisis.
Ambientólogos y agroecólogos utilizan la ecología no sólo para abordar el metabolismo social de la naturaleza y la crisis ambientales derivadas, asumiendo la vulnerabilidad de los sistemas naturales ante la acción humana, sino también para luchar por la igualdad, ya que ambos colectivos trabajan en aspectos integrados de género, desarrollo rural, igualdad de colectivos en riesgo de exclusión….
En definitiva, tanto las Ciencias Ambientales como la Agroecología utilizan para la formación de sus profesionales un conjunto de disciplinas y ciencias para gestionar aspectos de la realidad desde una perspectiva ecológica, analizando todo tipo de procesos donde los ciclos minerales, las transformaciones de la energía, los procesos biológicos y las relaciones socioeconómicas son investigadas, analizadas y gestionadas como un todo, comprendiendo y asumiendo la complejidad de las interacciones existentes entre entorno y sociedad, procesos productivos, económicos y sociales, de manera que ello permita la planificación y diseño de sistemas o agroecosistemas más sostenibles y siempre entendiendo que éste es un trabajo continuo pues la sostenibilidad es un equilibrio dinámico.
Por tanto, es tiempo de ambientólogos y ambientólogas y…
...es tiempo de agroecólogos y agroecólogas….
Autora: I. Banda.
