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miércoles, 4 de enero de 2012

#Contaminación del aire en Madrid: ¿Siguiendo la estela de China?



Hoy, 4 de enero de 2012, el aire de Madrid vuelve a ser noticia, la boina que tiñe el aire que respiramos vuelve  a estar presente, como lo había hecho anteriormente a lo largo del 2011, y vuelvo a repetir: este es el aire que se respira, este es el aire que respiran los madrileños. Pero esta situación no es exclusiva de la capital de España, se repite a lo largo de geografías urbanas diversas, teniendo como principal protagonista a las partículas en suspensión, el ozono troposférico y/o el dióxido de nitrógeno, afectando durante 2010 a 17,4 millones de personas [1].

En 2011 la Organización Mundial de la Salud y la Organización Meteorológica Mundial vuelven a denunciar esta situación, no sólo a nivel español sino mundial, efectivamente las grandes ciudades de Asia y Sudamérica han alcanzado niveles preocupantes de contaminantes atmosféricos y, como en todos los casos, su origen se encuentra fundamentalmente en el tráfico rodado. Recientemente las imágenes de la boina convertida en una densa manta de contaminación en Pekín, durante este Diciembre, han dado la vuelta al mundo una vez más, cada año lo hace. Me veo, observando esas imágenes de miles de chinos y chinas ataviados con mascarillas y, me viene la cabeza, ese fuerte contraste de una población subida en bicicletas que sufre las consecuencias negativas de un desarrollo (aumento del número de vehículos, industrias y centrales térmicas de carbón) del que, posiblemente, no disfrutan.

El Journal of Occupational and Environmental Medicine [2] publicó en 2004 un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid en el que se cruzaban datos de niños menores 10 años fallecidos en la capital entre 1986 y 1997 con la temperatura y la contaminación en la ciudad de cada uno de los días durante los 11 años, revelando la existencia de una relación significativa de "un fuerte aumento de la mortalidad infantil para concentraciones de más de 100 microgramos por metro cúbico" de partículas, un nivel que se supera con frecuencia en invierno. 

Este es uno de entre los cientos de estudios epidemiológicos y toxicológicos llevados a cabo en las últimas décadas, a nivel internacional y nacional, que han valorado los efectos que produce la contaminación atmosférica sobre la salud y que ponen de manifiesto que el riesgo para la salud depende de la exposición permanente  a la contaminación atmosférica y no sólo del efecto de episodios aislados de concentraciones elevadas de contaminantes.  Dichos estudios señalan además que existe una correlación entre el incremento de los niveles de contaminación atmosférica y determinados efectos nocivos para la salud [3]

Toda esta literatura destaca también que, entre esos efectos nocivos, la contaminación del aire por partículas se encuentra asociada al riesgo de enfermedades cardiovasculares -como vuelve a poner de manifiesto la investigación de Alberto Domínguez-Rodríguez publicada en el número 8 de Agosto de 2011 de la Revista Española de Cardiología (REC)[4]  - o incluso que la incidencia es mayor en mujeres.

En medio de todo esto el transporte público tiende a encarecerse. Cómo explicar que un axioma básico para reducir la contaminación ambiental urbana se basa en fomentar el uso del transporte público en todas sus variantes y en detrimento del vehículo privado. Se lanzan mensajes un tanto demagógicos sobre las penalizaciones al transporte privado: zonas ORA más caras, posibles peajes urbanos, reducción de zonas de estacionamiento…  pero el transporte público aumenta sus tarifas, tanto si se trata de abonos transporte como de billetes sencillos, tanto si se trata del metro de Madrid o de Barcelona como si se trata de la EMT de Málaga… al final el mensaje ambiental se difumina en la zona abisal de la política recaudatoria…. Con todo, los que trabajamos en medio ambiente no conocemos un solo manual o guía en el que no se mencione que el abaratamiento del transporte público es considerada una medida vital para luchar contra la contaminación y la disminución del consumo energético en movilidad urbana.

Foto de Qué!

Entonces vuelve a aparecer esta foto, de la boina de Madrid… y me imagino a todos los que utilizan bicicleta o el metro cada día, a todos los que se esfuerzan  por luchar contra la contaminación… y escribiendo este artículo me topo con fotos de agentes de la policía equipados con mascarillas, dirigiendo el tráfico, de viandantes y ciclistas que han sustitutito parte de sus caras humanas por morros blancos… y entonces lo veo: ¿sigue Madrid (o cualquier ciudad con este problema) la estela de China? Proyectémonos hacia el futuro, quizá no estemos tan lejos. 




Notas.
[1] Ecologistas en Acción, 2010. La calidad del aire en la ciudad de Madrid en 2010// La calidad del aire en el Estado español durante 2010.
 
[2] DÍAZ, C LINARES, C LÓPEZ,. “Impact of temperature and air pollution on children mortality in Madrid”. Journal of Occupational Environmental Medicine. 2004. 46:768-774.
 
[3] Observatorio de la Sostenibilidad en España. Calidad del aire en las ciudades españolas clave de sostenibilidad urbana. http://www.sostenibilidad-es.org/sites/default/files/_Informes/tematicos/aire/calidad_del_aire-esp.pdf[4]
Estudio comparativo de las partículas en aire ambiente en pacientes ingresados por insuficiencia cardiaca y síndrome coronario agudo. Alberto Domínguez-Rodríguez, Javier Abreu-Afonso, Sergio Rodríguez, Rubén A. Juárez-Prera, Eduardo Arroyo-Ucar, Alejandro Jiménez-Sosa, Yenny González, Pedro Abreu-González y Pablo Avanzas. Rev Esp Cardiol.2011; 64 :661-6. 










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